viernes, 16 de mayo de 2014

Iglesia de Covadonga, vista desde el parque.


En la pila bautismal de esta iglesia sita en la plaza de Manuel Becerra sin aviso previo, con alevosía, premeditación y un montón de testigos fui regado en la cabeza por un cura mientras este rezaba algo por lo bajinis supongo que en latín, acto que al parecer sirve para venir al mundo limpito de impurezas a la vez que me impuso los nombres correspondientes ocho días después de nacer, un bebé que a ojos de unos era clavadito a su madre mientras otros opinaban que era un calco del padre. Desde aquel momento se supone que dí mi aprobación a formar parte del cristianismo.

En lo físico la criatura salió a la familia paterna, los González del Valle, además heredó el gusto por las artes, las letras y la historia, mientras que en lo emocional y sensible, en la forma de ser y de guiarse por el mundo, en la curiosidad y creatividad, el chico siempre fue como su madre siendo esto lo mejor que le ha podido pasar en toda la vida.

Se marchó al cielo cuando yo tenía 21 años. Me falta hace ya 27. De ella heredé las migrañas, la depresión, la enfermedad que me aqueja y el gusto por la música, los tebeos de Tintín y El Hombre enmascarado, Flash Gordon, la enciclopedia Fauna de Félix Rodriguez de la Fuente cuyos capítulos en televisión no me perdía nunca. Siempre la recordaré incitándome a leer a la vez que me prohibía que lo hiciera con "El padrino", de modo que me tragué los Episodios Nacionales de Galdós a su entender más acordes con mi edad. Gracias mamá.

Aquí tienen "el antes y el después" de la foto. 

6 comentarios:

  1. Me gusta la composición; yo diría que está cada cosa en su sitio. Los árboles, a su vez, junto con el campanario, trasladan esa sensación de calma que en muchas ocasiones sentimos en los templos y que, por supuesto, poco o nada tiene que ver con la fe del observador. Lo que observo es un ligero halo que, en tu otro blog, no aparece en los primeros pasos del proceso,
    Un abrazo,

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  2. Me gusta la primera.
    El texto me encanta, me gusta cuando explicas cosas lo bien que lo haces y como siempre un sentido de buen humor dentro de todo.
    Un abrazo.

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  3. Como pasa el tiempo!...y ahora ese niño pequeño es todo un ser adulto que como todos los mortales siente que la vida no es siempre del color de rosa pero que se asemeja a esta flor ya que en ella podemos encontrar la belleza y las espinas que tiene la rosa.

    Muy bonita imagen, muy bien captada.

    Besos

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  4. Una madre es un madre y quiere lo mejor para su hijo ¡y cuanto se les echa de menos cuando nos han dejado!
    La iglesia es bonita por su sencillez y la foto está preciosa de iluminación, me gusta.
    Un beso.

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  5. No hay nada parecido a una madre. Ni remotamente.

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  6. No hay nada como una madre, yo también echo de menos a la mia, que por cierto yo tenia tu misma edad cuando murio.

    Un abrazote compi.

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