sábado, 4 de octubre de 2014

Con permiso de Joaquín. Calle Melancolía.


La infancia es caprichosa y deja huella. Siempre vuelvo a ella, me consuela.
Creí que estaba mejor de ánimo pero no, estoy atrapado y no puedo salir.

8 comentarios:

  1. La melancolía es lo propio de esta estación...lo que más me preocupa es tu estado de ánimo.

    Besos

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  2. Por aquí lluvia, fresco y gris con lo cual comprendo tu melancolía, espero que tu estado de salud esté estable o mejor.
    Un abrazo.

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  3. Brillan las carrocerías con un fulgor nuevo de domingo. Peros esos balcones como torres, de qué siglo proceden, de qué infancia, de qué capricho...Ha de haber una princesa en algún sitio de esa calle.

    Apura hasta el fondo esa melancolía, querido Ripley, y transfórmala, como en esta foto, en belleza.

    Un fuerte abrazo.

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  4. Hermosos edificios antiguos formaron una línea y los coches modernos. Este es un interesante contraste entre el pasado y el presente.

    Muy hermosa foto con colores maravillosos.

    Le deseamos una semana tranquila!

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  5. Las vivencias de la infancia siempre son un consuelo, si fueron felices, pero tu estado de ánimo precisa algo más que eso. ¡Ánimo!
    Un besito.

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  6. No se qué me pasa últimamente pues todos los fotógrafos a los que sigo vais más deprisa publicando de lo que soy capaz de correr yo en comentaros. No obstante, eso sí, aún voy sacando tiempo para ver vuestros trabajos.

    En tu entrada anterior ya se apreciaba una cierta melancolía o remembranza muy bien expresada por medio de la imagen de un Lucas cachorro para llevarnos al mundo de tu infancia y a la añoranza de tu abuelo (por cierto, yo también añoro al mío).

    En ésta de hoy, la presencia de ese edificio central, más que el título, también es una referencia a un estado de ánimo personal.

    Un abrazo,

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  7. Eso no, Ripley. Me parecía extraño no recibir noticias tuyas. Aprovecha estos momentos de nostalgia para crear. La inspiración se alimenta de ellos como buitre carroñero. Dime que estás mejor.

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  8. Impresionantes, esos miradores! Preciosos.
    Un abrazo

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